¿Sabrías cómo usar la disciplina positiva para mejorar la autonomía del niño? Como padres, incluso como educadores y adultos, tenemos cierta tendencia a obligar, a usar el castigo y la obligatoriedad para que los peques hagan lo que queremos. Sin embargo, hay otras posibilidades igualmente interesantes que podemos aplicar.
La disciplina
Es común confundir disciplina con eso que llamamos mano dura. Pero conviene no confundir el término. En este caso, el verdadero significado es la capacidad de un individuo para llevar a cabo una o varias tareas con constancia y perseverancia.
Cuando añadimos el adjetivo positivo al término disciplina descubrimos una gran máxima: podemos enseñar a los niños a que aprendan a entender y controlar sus impulsos más inmediatos, de manera que puedan llegar más alto en todo cuanto se propongan, tanto a nivel profesional como formativo.
Descubre cómo usar la disciplina positiva para mejorar la autonomía del niño
Dicho esto, queda claro que la disciplina positiva es una herramienta fenomenal para que el niño sea más autónomo sin que ello afecte a su autoestima desde un punto de vista negativo.
Entendemos por tal la metodología de crianza recomendada por expertos para padres, profesores y cuidadores, y consiste en la creación de relaciones que aporten confianza y autosuficiencia al pequeño, de manera que tenga las herramientas adecuadas para hacer frente a los problemas de su edad tomando decisiones, resolviendo dudas y actuando con autoestima.
La disciplina positiva exige firmeza, pero también cariño. Así pues, hemos de empatizar con los pequeños de manera que entiendan sus límites, pero que también refuercen sus capacidades y seguridades.
Cuidado con las resistencias
¿Cómo lo podemos lograr? A base de hábitos. Por ejemplo, con la ducha. Pocos niños disfrutan de este momento. Un día podemos lograr que pase por el agua como algo extraordinario, y es posible que al día siguiente vuelva a ser una lucha. De ahí la necesidad de empatizar con sus emociones, para saber cómo hacerle entender que esta es una rutina que ha de cumplir a diario para que la interiorice sin que sea un proceso traumático o complejo.
No le digas al niño lo que jamás dirías a un adulto
Es decir, involucra al niño en las decisiones a tomar, en especial, cuando le conciernan a él mismo. Llegar a acuerdos es necesario siempre, y si lo hacemos con los mayores, ¿por qué no con los chicos? De esta forma podremos pactar cosas tan interesantes como que tu hijo coma verduras y frutas, que se haga la cama, que recoja su cuarto, etc.
Ofrece opciones válidas
Obviamente, como niños que son, aunque les ofrezcas opciones, la última decisión es tuya, y eso a veces puede generar frustración en el peque. Así pues, hablad de posibilidades que realmente puedan ser llevadas a cabo, evitando crear falsas expectativas.
Jamás pierdas el sentido del humor
El buen humor es una herramienta fantástica para trabajar con niños. Si cuanto hacemos con ellos no es divertido, nos costará más motivar a los chicos para que muestren su capacidad de crear, de ser autónomos, de jugar…
Involucra a los peques
Es muy importante que los niños se sientan involucrados en cuanto hacen. Dejando de lado el autoritarismo, trabajaremos en el que los chavales se sepan siempre parte de las decisiones en familia o en clase, ayudándole a razonar cuando surja algún dilema que supere sus capacidades todavía en desarrollo.
Recuerda que en Logos Nursery School disponemos de los conocimientos y los profesionales adecuados para ayudarte en la crianza de tus pequeños. Permite que te sirvamos de apoyo en estos años tan importantes para tus hijos.