Ayudar al niño a manejar la frustración hará que crezca más feliz, autosuficiente, pleno y consciente de sí mismo. Por eso nosotros, como docentes y padres, debemos mostrarle las herramientas necesarias para hacer frente a cualquier situación, de manera que tenga la capacidad de enfrentarse a todo solo usando sus propias armas.

No podemos evitar que nuestros hijos se frustren. En la vida siempre aparecen ocasiones en que a todos nos pueden frustrar. Ahora bien, depende de cómo manejemos la situación, lograremos salir airosos o no de la misma.

De ahí que el quid de la cuestión esté ahí, en la forma en que manejamos nuestras emociones y sentimientos ante elementos que nos generan frustración.

Hoy en día, encontramos ciertas situaciones que han provocado que los niños tengan menor tolerancia a la frustración. Una especialmente obvia y muy negativa es la sobreprotección. Pero no es la única.

Técnicas sencillas para ayudar al niño a manejar la frustración

En cualquier caso, nunca es tarde para enseñar a los niños a entender la frustración, manejarla y minimizarla para que el efecto en su psique sea mínimo. Algunas técnicas válidas que todos los padres pueden probar son estas:

Evitar la permisividad

Al principio puede ser más bien difícil. Si sobreprotegemos a los niños, entendemos que, si dejamos de hacerlo, tal vez les hagamos daño. Sin embargo, si no les dejamos experimentar el fracaso para que sepan hacerle frente ahora que son pequeños, cuando sean mayores será todo más difícil para ellos.

Ser ejemplo

Como adultos, debemos ser ejemplo siempre para los niños. Si ellos ven que somos capaces de afrontar un fracaso de forma entera y madura, sabrán que tenemos la resiliencia necesaria, y actuaremos como el ejemplo en el que mirarse.

Por muy padres que seamos, hacer frente a situaciones complejas no suele ser fácil. Pero con una autoestima adecuada y con habilidades creativas para solucionar problemas, seremos capaces de todo y ser un ejemplo válido para los pequeños de la casa.

No acudir corriendo ante cualquier contrariedad

Es algo que hacen algunos progenitores. En cuanto ven que sus hijos se han metido en un embrollo, aunque sea de dimensiones minúsculas, acuden prestos al rescate sin dar la oportunidad al infante para que use sus herramientas de resolución de conflictos.

Evitar que los fracasos se vean como algo negativo

En realidad, todos fracasamos en algún momento. De hecho, estos fracasos son pozos de conocimiento y aprendizaje excelentes. Si hacemos que el niño los vea como fallos negativos, jamás podrá aprovechar la sabiduría que hay en ellos.

No quiere esto decir que los fracasos se deban tomar como algo bueno siempre, pero tampoco intrínsecamente malo. Lo mejor es aprender de cada error, naturalizarlo y seguir adelante buscando las mejores soluciones a las equivocaciones que se cometan.

Educar en el esfuerzo

Si después de haberse esforzado mucho, el niño falla y se frustra, hemos de ayudarle a entender que ha hecho cuanto ha podido y estaba en su mano, y lo debe ver como un error o una pérdida de tiempo, más bien es una lección.

En cualquier caso, los niños educados en el valor del esfuerzo suelen ser más positivos y creativos a la hora de resolver problemas de forma original y eficiente.

Ten claro siempre que, para que estas técnicas sean eficientes, hay que establecer objetivos razonables. Así lograremos que los niños sean perseverantes, en base a refuerzos positivos que promuevan su independencia y su desarrollo.

No olvides que en Logos Nursery School contamos con un equipo de pedagogos y docentes especializados. Por eso puedes hacer uso de nuestros conocimientos y experiencia cuando lo desees para que nos convirtamos en parte positiva de la vida de tus hijos.

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