Son muchos los padres que sufren de largas noches de insomnio.

Hay varias categorías de problemas para dormir: algunos bebés no se duermen fácilmente; otros se duermen pero luego se despiertan, luego están los que no se duermen, ni duermen tanto tiempo como es necesario.

En este artículo queremos desde Logos Nursery School, escuela infantil situada en Las Rozas de Madrid,  daros algunos consejos prácticos para afrontar el problema de cómo ayudar a tu bebé a dormir.

 

Durante el día, deje que su bebé se relaje

Asegúrate de que durante el día no sobreestimules a tu bebé. Los bebés y los niños que tienen dificultades para calmarse por la noche necesitan que se les tranquilice durante el día.

Esto es aún más importante para los niños inquietos que tienen dificultades para adaptarse a la vida extrauterina.

 

Prepárate para dormir

¿Masaje, pañal, pijama y comida para bebés? El ritual antes de acostarse es fundamental. Puedes comenzar con un agradable baño tibio, que ayuda al bebé a relajarse.

Planifica un baño por la noche

Un baño tibio antes de acostarse y un masaje relajante calmarán fácilmente a la madre y al bebé.

Pueden bañarse juntos, de modo que el contacto piel con piel prepare al niño para aceptar el resto del ritual nocturno propuesto por los padres.

Pero no siempre es necesario hacer esto, lo importante es seguir los mismos pasos, el mismo ritual, con el mismo orden.

El segundo paso de la secuencia puede ser un masaje relajante: también es una oportunidad para aplicar una crema hidratante.

Luego se cambia el pañal y se pone el pijama. Si se enfada, démosle un juguete para que se calme. Luego pasamos al último paso antes de acostarse: ayuda al bebé a relajarse.

 

Opta por ir a la cama a la misma hora

Los rituales de la hora de acostarse preparan el escenario y transmiten el mensaje de que el sueño llegará pronto. Los niños deben aprender que la cama es para dormir y no para jugar.

Así que trata de acostarte de forma rutinaria. Los patrones normalmente rígidos no ayudan a los padres, pero a veces promueven el sueño.

 

Acompañar al niño a la cama

Pocos niños se duermen solos. La transición de la vigilia al sueño profundo no siempre ocurre fácilmente.

Durante la fase REM, el padre debe permanecer junto a su hijo, porque es en esa fase que puede despertar. Si esperas a que el bebé se duerma por completo en tus brazos, le ayudará a conciliar el sueño.

 

El contacto de las manos

Inmediatamente después de acostarlos, algunos niños se ponen nerviosos. En este caso, la madre (o el padre) puede colocar su mano en la espalda, o en la cabeza del bebé, o una mano en la espalda y la otra en la cabeza.

El calor de una mano segura puede ayudar al bebé a conciliar el sueño. Además, acariciar la espalda del bebé de forma rítmica puede dar el toque final al ritual nocturno. Luego retire gradualmente las manos para no asustar al niño.

A medida que el niño crece, los “rituales” de la hora de dormir ayudan cada vez más, especialmente desde el primer año de edad, porque el niño necesita aprender buenos hábitos.

Puedes empezar poniéndote el pijama, cepillándote los dientes, luego leyendo un cuento o una canción de cuna o un masaje (por ejemplo en la espalda) y luego ¡sosteniendo tu mano o acariciando su cabeza!

 

Una consideración general sobre los métodos para dormir

Los métodos que se presenta en este artículo son uno de los muchos enfoques propuestos por expertos, madres, niñeras, etc. para “ayudar” al bebé a dormir.

Los consejos sobre seste tema, sin duda, uno de los más calientes para mamás y papás, son prácticamente interminables, pero vale la pena hacer algunas consideraciones generales.

Para empezar, se debes considerar que los despertares nocturnos de los niños son fisiológicos hasta los 3-5 años.

Por supuesto, hay alguien que desde temprana edad casi nunca se despierta durante la noche, pero de hecho es completamente “normal” que otros tarden más en regularizar su sueño.

En segundo lugar, hay que decir que generalmente estos métodos no tienen una base científica sólida, en el sentido de que no han sido sometidos a estudios rigurosos que puedan confirmar o no su eficacia y seguridad.

¿Qué hacer entonces? En primer lugar, trata de tener más confianza en tus propias habilidades como padres y, si lo deseas, apóyate en un método, no porque un amigo lo diga o porque esté de moda, sino porque dadas las características de tu niño, podría ser un buen intento de mejorar la calidad de su sueño.

 

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