Durante mucho tiempo la meditación ha sido un tipo de actividad exclusiva de los adultos, pero esa visión está cambiando. En la actualidad existe un progresivo interés por la meditación para niños gracias a los beneficios que esta práctica ofrece, como el autocontrol y la concentración.
Al igual que ya hablamos sobre los beneficios del yoga para niños, la meditación en los más pequeños los ayuda a relajarse para combatir ansiedades y temores. Además, los ayuda a descubrir un poco más su cuerpo a través de las técnicas de respiración, pero… surge la pregunta ¿cómo enseñar a meditar a los niños? Esta y otras cuestiones las aclararemos en este post.
¿Qué es la meditación para niños?
La meditación es una práctica para entrenar la mente que busca ayudar a los niños a relajarse y conectarse con su entorno, en la que la respiración juega un papel fundamental para el conocimiento y el manejo del cuerpo.
Actualmente los niños tienen un estilo de vida completamente diferente a otras generaciones. Pasan muy poco tiempo al aire libre, disminuyendo las horas de interacción con otros niños. En este contexto, la meditación se convierte en una alternativa útil que puede proporcionar múltiples beneficios.
¿Cómo enseñar a meditar a los niños?
Para enseñar a meditar a los niños es muy importante seleccionar las técnicas adecuadas que sean acordes a su edad. Te daremos algunos consejos y estrategias que serán de gran utilidad para guiar este proceso de aprendizaje.
Por medio del ejemplo
La mejor forma de enseñar a los niños a meditar es a través del ejemplo. Los más pequeños sentirán curiosidad y tratarán de imitar esa conducta. En niños de 3 años se recomienda seleccionar actividades que mediante el juego lleven a la meditación.
Es importante que el niño lo vea como una propuesta para divertirse, no debe ser una actividad obligatoria. En la medida que los niños crecen (entre los 8 y 9 años) comprenderán mejor algunas actitudes y propósitos de la meditación, fomentando así su propia práctica.
La respiración es el anclaje
Para la meditación lo más importante es la respiración. Empleando un tono de voz bajo y agradable pídeles a los niños que respiren profundamente y traten de seguir tu ritmo.
Acompaña con música
Añadir una música suave para acompañar la meditación es una práctica muy común. Puedes incluir algunos sonidos de la naturaleza que despierten el interés del niño o con los ojos cerrados, pedirles que se concentren en la música y en su respiración.
Usa la imaginación
La meditación es una invitación para relajarse usando la imaginación. Recrea un lugar bonito y seguro para los más pequeños, incluso puedes ayudarte con algunos sonidos y elementos reales. Esta práctica también invita al niño a crear su propio espacio.
Ten paciencia
La práctica de la meditación puede ofrecer grandes beneficios, pero no es una tarea fácil. Los niños pasados unos minutos suelen perder interés por la actividad que estén realizando en ese momento, por lo que es aconsejable empezar con breves periodos de meditación que duren entre tres y cinco minutos.
Prueba con mantras
Invítalo a repetir un pequeño mantra o crea una frase propia que el niño comprenda, mientras permanece sentado y calmado con los ojos cerrados.
Beneficios de la meditación para los niños
Son muchos los beneficios que aporta la meditación para los niños, veamos algunos de ellos:
- Favorece la atención y el autocontrol.
- Promueve conductas más amables y tolerantes.
- Hace una pausa en el estilo de vida del niño.
- Alivia el estrés y la tensión.
- Mejora la concentración y el aprendizaje.
- Produce un descenso de las conductas disruptivas.
- Promueve la empatía.
- Mejora la respiración y el control de su cuerpo.
Hoy en día los niños están hiperestimulados, por lo que es vital ofrecerles diversas alternativas que les permita relajarse, calmando sus ritmos y ansiedades. Desde Logos Nursery School, escuela infantil situada en Las Rozas de Madrid, recomendamos no ver la meditación como un deber con ejercicios complicados, sino como una forma de relajación para divertirse y alejar la fatiga e inquietudes que puedan padecer los niños.