Los niños llegan a una edad en la que la curiosidad y la imaginación se hacen cada vez más presentes y empiezan a surgirles ciertas dudas. Entre los 4 y los 10 años está la etapa del ¿por qué? Y sus preguntas pueden ser bastante incómodas descolocando a padres, abuelos, hermanos y hasta a maestros.
Muchos adultos no están preparados para dar una respuesta a esas preguntas incómodas que hacen los niños, sobre todo cuando sienten curiosidad por un tema en particular. Aunque la respuesta sea algo que tú sepas, influye el contexto en el que se hacen las preguntas, la temática y hasta las personas presentes. Para que no te sorprendan con esas dudas, desde Logos Nursery School, escuela infantil situada en Las Rozas de Madrid, te damos algunas recomendaciones que te sacarán de esos apuros si tienes hijos en la edad del por qué.
¿Qué preguntas pueden resultar incómodas?
Es muy probable que haya algunos temas más susceptibles que otros para los padres. Lo cierto es que esas preguntas incómodas pueden venir de algo que escucharon, de conversaciones de hermanos o primos mayores, o de un hecho en particular que afecte el entorno del niño, por ejemplo, la muerte de familiares cercanos, divorcios o separaciones de los padres, enfermedades, embarazos, enamoramiento, descubrimiento de sus partes íntimas, entre otros sucesos que causan sorpresa, incomodidad y hasta vergüenza en los adultos.
Es importante que entiendas que un niño con curiosidad está lleno de dudas, pero también conserva la inocencia y la curiosidad por saber cómo funciona el mundo en el que vive. Por eso, lo más recomendable es responder de manera sencilla sin explicaciones retóricas intentando adaptar la respuesta, sin generar más dudas en el pequeño.
¿Responder en el momento que surge la duda?
Es muy probable que en el momento que tu hijo te haga una pregunta que te resulte incómoda, te pille por sorpresa y no sepas qué decir ni cómo comportarte y puede que no tengas una respuesta inmediata. Para estos casos es recomendable que no regañes al niño (ármate de valor y paciencia, tras esa pregunta vendrán algunas más), explícale de manera pausada que esa conversación necesitáis tenerla a solas, esto a su vez le enseñará que tienes interés en responderle, pero que no es ese el momento de hablar del tema. De esta forma, podrás ganar algo de tiempo para organizar tus ideas y la manera más idónea de explicarle la respuesta que necesita ante su duda.
¿Cómo contestar preguntas incómodas a los hijos?
Para dar una respuesta asertiva y coherente a tu hijo no hay una fórmula mágica ni un manual a seguir que te saque airoso de una ronda de preguntas incómodas, sin embargo, hay algunos consejos que puedes aplicar para contestarle, entre ellos:
- Sé natural y honesto en la respuesta que vayas a darle a tu hijo, la espontaneidad hará que se sienta cómodo con la respuesta.
- Si no tienes una respuesta real, lo mejor es no mentir ni inventar historias ficticias. No lo sabes todo ni tienes por qué saberlo, esto puede aplicarse para esas preguntas sobre sexualidad que descolocan a cualquier miembro de la familia. Lo mejor para estos casos es utilizar la tecnología a tu favor y entre ambos encontrar una respuesta (acorde a la edad del niño por supuesto) para esa duda.
- Explícale a tu hijo que hay otras fuentes para obtener información además de la tecnología. Incentívalo a conversar con sus abuelos, tíos y profesores para que obtenga diversas respuestas. Puedes advertir a tus familiares que tu hijo se encuentra en la etapa de las preguntas incómodas para que estén atentos a sus dudas si acude a ellos.
- Dale una respuesta clara y sencilla, acorde a su edad. No le expliques larga y detalladamente procesos y técnicas que ellos no entenderán con claridad y que además pueden generarles más dudas.
- Escucha con atención todo lo que tu hijo te cuente sobre lo que sabe del tema que te está preguntando, verás cómo su imaginación y creatividad se desarrollan.
- Es muy importante que no des respuestas automáticas a tus hijos, por ejemplo: no sé de ese tema, no estás en la edad de saber eso, cuando seas mayor te explicaré… Esto puede crear distancias afectivas con tu hijo y limitar su capacidad de imaginación e interés por cosas que para él son importantes.
Las preguntas incómodas de tus hijos son una buena manera de conocer esos temas que le preocupan y le inquietan. Por eso tus respuestas deben estar orientadas a darle tranquilidad y estabilidad en sus emociones, utiliza el buen humor y la empatía ante sus dudas.